sábado, 29 de abril de 2017

Amarilis



Sangrantes amapolas,
un enjambre escarlata sobre el trigo
apasionado que sabe ser mi pecho.

Un sarpullido azul,
primorosas lavandas
que brotan en mi piel y le tatúan
su huella de frescor .

Un ingenuo tapiz
de margaritas blancas siembra embrujo
y medra en los ribazos
tibios de mis caderas

Un prado montaraz,
una eclosión insólita de gracia y colorido
puedo ser a los ojos
que con fervor me miran

Benevolencia y lluvia
es cuanto precisamos yo y mis flores silvestres
para andar prodigándonos.

Ahora
háblame como sabes
destílate en mi oído, suavidad en susurros,
y verás florecer mis amarilis.

Esperan que de Mayo traiga el aire rumores
para ofrendarse, espléndidas, en todo su fragante
y espectacular deslumbramiento.



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