sábado, 21 de febrero de 2015

Lumínica


Todo es luz.

La vida es sólo luz.

Pálpito de la luz.
Deseo de la luz.
Necesidad de luz
que convierte a los seres y a las cosas
en clorofila hambrienta y sensitiva.


II

El trino es un conjuro
para llamar al día por su nombre
y el candor del suspiro de los olmos
cada noche pretende
convocar un consuelo hecho de estrellas.

Hasta la piedra intenta su milagro.
Va gestando en su vientre silencioso
destellos por si acaso consiguen ver el aire
Y siendo iridiscencia desnudarla
en su más pura esencia elemental .


III

Pero el hombre conoce
la luz en carne propia.

Y tiene su dolor sobre los ojos.

Y sobre el corazón la intensa quemadura
de saberla utopía inaccesible.

Por eso se abre el pecho y  se desangra
en verbos, a la imagen
del un dios que recrease un mundo inverso.

Y espera que le brote , aun siendo oscuro,
torrencial el fulgor .


Por si es que al cabo puede,
vencida la querencia del barro por la prosa,
trascender en la luz.

Y poseerla.



Macrofiesta-microtragedias

-Buenas,quería un macrocrédito para comprarme un micropiso.

- ¿ Tiene usted una macronómina?

- No, lo que tengo es una microilusión

- Con eso no es suficiente, sin un macroaval no hay nada que hacer

-Pero¿ no es este el macrobanco de la gente corriente?

-! Si será usted macrogilipollas! !!!

miércoles, 18 de febrero de 2015

Tiempo sin relojes



Haces de nuestro tiempo sin relojes
un compás suspendido , dulce espera
de que suene la música primera
en el espacio tibio en que me acoges

Al vuelo, esas horas las recoges
para hacerlas palomas mensajeras
y enviarlas a buscar la primavera
que colma de sonrisas nuestras trojes

Amantes, poseemos un secreto
la eternidad soñada, solo anida
oculta en un santuario recoleto.

El hueco entre dos pechos bien lo abarca.
No necesita el tiempo otra medida
cuando el tic-tac del corazón lo marca.






lunes, 16 de febrero de 2015

Vouyeurs



De hito en hito, vouyeur de la charada,
un ojo en otro ojo se ensimisma
en la contemplación de esa marisma
donde quedó la Luna empantanada.

Cómo poder robar la rebanada
que el deseo nos pide del carisma
que la luz insinúa sobre el prisma
de la indocilidad adivinada.

Cómo no someterse a la exigencia
de su contemplación y resignarse
a limitar el cielo a aquel espacio
en que un mirar en otro es la querencia
y hasta el modo mejor de deleitarse
mientras la vida pasa muy despacio.

Sueño inane


Y de pronto se quedan
calladas las palomas.

Pasa una nube oscura.
En la retina queda impresionada
la imagen de lo gélido.

Retrato en sepia
que aparca en un rincón de la memoria.

Daguerrotipo vívido de un momento único

Ese en que no hay rincones
para ocultar a tanto gato negro
que escapa espavorido.

En que parece que el mundo se detiene 
y no sabes qué pasa ,pero intuyes
un silencio distinto que nos habla
de un suceso fatal y extraordinario.

Se ha repetido tanto que hoy lo sabes.

Acontece
siempre que se nos muere ,inane, un sueño . 

Nostalgia del Paraíso



 Lo sabes,
de nada va a servirnos rebelarnos.

La audacia temeraria
solo suele llevarnos a las cumbres ,
patria de las borrascas,
de dónde no se vuelve.

Un paso más,
resuelto,
futuro hacia adelante
sólo queda el vacío
y en su fondo
el rumor del silencio al irse desangrando,
la certeza inquietante de que ya sólo aguarda
el mutismo total.

La oscuridad.

Casi todo fue ayer.

A tus espaldas todavía huele
 a marzo florecido.

Aún resuenan risas
y el aire conserva ,sin saberlo,
en oleadas tibias ,la evidencia
de un batir de alas columbinas.

El infierno reside en el espacio
que impregna la nostalgia.

Piadosa es la memoria
que se niega al dolor 
de un  paraíso apenas vislumbrado,
 tristemente perdido.

No existe un ángel pétreo y justiciero,
ni hay espada flamígea, ni hay línea
que delimite márgenes.

Existen
tu humanidad confesa, tus temores,
tu acomodo al trasluz,
que dulcifica
membranzas puntiagudas.

Tu contumaz,
innata,
conveniente,
inclinación  juiciosa a redimirte
sumiéndote en el limbo del olvido.






domingo, 15 de febrero de 2015

Creencias


Creí que eran flores,
rosas,
 lo que traías en tus manos,
una ofrenda de aquella que nos hace,
queriendo ser perfume entre requiebros,
condescendiente , Mayo.

Creí que eran flores
con las que ir tejiendo un primoroso
tapiz de complacencia y suavidades
que sobre la dureza de la vida
procurase blandura a nuestros pasos .

Creí que eran flores y eran solo
presagios escarlatas
que auguraban , angor sobre la noche,
la huella de un latido ensangrentado.

Creí que eran versos,
besos hechos palabra,
lo que había
temblándote en los labios
dispuestos a decirse
a riesgo de dejarte,
hermoso en tu descuido,
delante de mis ojos desnudo y desarmado.

Creí que eran versos,
pero eran
lo que te supuraban los resabios
de las historias viejas,
corrosivos
surtidores de agravios.

Creí que era amor
aquello que latía en tu costado,
un corazón en ascuas apurándose
por entregarse en toda
su pasión indefensa e imprudente
a otro corazón apasionado.

Creí que era amor
y era el deseo haciéndose un voraz
incendio a flor de carne ,
vehemente delirio arrebatado.

De creencias así ,sin fundamento,
dicen que está empedrado
el infierno en que arden hasta que son ceniza
las pobres almas crédulas
de los desavisados.

Que, por creer, creyeron
tan neciamente un día estar enamorados.





Corazones en el Ártico

A veces son tan largos los senderos
que llevan a un final que ya fue escrito
que se cierne la noche antes que lleguen
al punto en que hallarán su convergencia

Somos dos corazones en El Ártico
que han elegido el frío como ardid,
sabiendo que su abrazo poco a poco,
te anestesia el origen del angor.

Y luego de improviso se descubren
acechando en el hielo una fractura,
la señal inequívoca que avise
de alguna brisa cálida del Sur.

Temblor y asombro, aúnan sus compases
por si vuelve a la vida la esperanza.