viernes, 1 de octubre de 2021

Rastro






 

Cada vez se vislumbra más precisa

- y más amenazante -

la línea que define el horizonte.


Y bajo el foco de la luz difusa

de los días menguantes, es difícil saber 

si amanece o se acerca

de puntillas la noche.


Pero intuyes

que si llega el crepúsculo, será para quedarse.


Lo demás, todo es

laberinto de dudas.


Hay que seguir vagando mientras quede un aliento,

rumiando el amargor que nos produce

la única certeza

de que la senda, aunque nunca lleve

hacia ninguna parte,

siempre acaba.


Con suerte, sus orillas

a ratos ameniza un rastro de emociones

invisible a los ojos.


Limaduras de amor

que la vida nos va descortezando

del corazón,

sangrante

y apasionadamente.


Solo eso

y un halo

de tristeza infinita

es lo que quedará cuando se apague

en el aire el rumor de nuestros pasos.


jueves, 30 de septiembre de 2021

Escucha ( HELP)

 


Escucha

el llanto de la lluvia en el cristal,

escucha

como solloza el viento en el trigal.


Escucha

que triste canta el río hoy su canción,

escucha

la queja de tu propio corazón


Cielo, tierra y mar

ya no aguantan más

el  maltrato irrespetuoso que el hombre les da.

no puede esperar,

mucho hay que cambiar

si queremos darle al mundo otra oportunidad.


Y ver cada mañana un nuevo amanecer,

renovada el ansia de luchar,

buscar nuestra estrella en cada anochecer

y admirarla con el alma en paz,

permitir que una nueva esperanza

haga un nido en cada corazón,

mirar el futuro con confianza y que de una vez

la utopía gane a la sinrazón.


Escucha

como bulle la vida alrededor,

escucha

como se va apagando su rumor


Escucha

unidos lo podemos conseguir

que el mundo

más verde y bello pueda revivir


Y oiremos

cantar de nuevo alegre al ruiseñor

si oímos

el HELP que grita nuestro corazón

Escucha...

Escucha...

Escucha.


martes, 28 de septiembre de 2021

Lo inconcebible


 

Colapso.

Esa fue

durante mucho, por propia prescripción,

la idea inconcebible.


La palabra prohibida,

la que suena en la voz

a amenaza velada,

y hace estremecer los firmes fundamentos

que deben sustentar

-se supone-

tu vida.


Todo era espejismo,

una hipótesis vana,

absurda,

de tu ego.


Si hasta a la mismas piedras

las caricias del viento acaba transformándolas

en arenas que quedan sometidas

a su lábil capricho,

¿cómo no ha de ceder la carne hipersensible

al embate del tiempo?

Y si esta flaquea,

¿dónde podrá el espíritu

buscar algún cimiento para su arquitectura

de transparencia y aire?


Fue la debilidad

que habita en la materia

y la convierte en atractiva y frágil,

un temblor,

un desmoronamiento

anunciado,

un cumplir

lo que de ti esperaba tu destino.


Colapso,

esa es la maldita palabra impronunciable

que hoy me sangra en la boca.


También la más precisa,

la que mejor define lo que siento.