¿Llegó
para quedarse esta acechanza
que me
envuelve despacio y ,procelosa ,
consigue
que descubra en cada cosa
un halo
infecto de desesperanza?
Hoy
siento una amenaza gris , que avanza
desprovista
de rostro y que se posa
sobre
mi corazón , que ya rebosa
veladuras
de angustia y desconfianza.
En
estos casos, el temor no ayuda,
no
tengo más opción que acostumbrarme
a ir
aceptando mi verdad desnuda.
De
siempre lo he sabido, va la muerte
tras
de mi sombra y tiene que negarme
su
cuadrifolio alguna vez la suerte.