Al fin ha llegado el día
en que la ciudadanía
hace lo que le compete,
sin disimular la mete
presa de gran alegría.
Nadie sabe la razón
por qué la copulación
de una humilde papeleta
con su urna, tan escueta,
nos hace tanta ilusión .
Votamos con el maduro
talante serio y seguro
de quien sabe que , aun modesto
y sencillo, en ese gesto,
se está jugando el futuro.
No ha quedado ni una almahada
que no fuese consultada,
pues fuimos reflexionando
con el quién y sospechando
que nos la meten doblada.
Si siempre dar por presunto
conviene el sensato punto
que nos dice que promete
cualquiera hasta que la mete,
mucho más en este asunto.
Sus siglas cada partido
desnuda de su sentido,
con tal de acercarse al lado
del centro, ese deseado
lugar superconcurrido.
Venden con habilidad
la imagen de probidad
samaritana, que el pecho
se parte siempre en provecho
de toda la sociedad.
Después de estos días locos,
cuando se apagan los focos
recobran su lado cuerdo,
si te he visto no me acuerdo,
la calle la pisan pocos...
Luego, en su exilio interior,
se consagran con fervor
a ese antiguo caballero
poderoso, Don Dinero,
serviles y sin pudor.
Una encuesta y otra encuesta
miramos y hasta la cesta
de la alhóndiga andorrana...
Votemos, a ver quién gana
en esta apretada apuesta...
No conviene declinar
tal deber ,! eso ni hablar !,
porque, de no hacerlo ,otros
decidirán por nosotros
sin derecho a protestar.
Lo que más te desbarata
es el lance en que se trata
de lograr el " votol útil",
que suele salirte, inútil,
que suele salirte, inútil,
el tiro por la culata.
Dejemos , pues, que el azar
decida, y echando un par
temerario de bemoles,
elijamos , españoles,
a quién nos puede robar.
No nos queda ni el consuelo
de que termine el camelo,
échate a temblar , España,
que empieza otra precampaña...
! Por Dios! ! Que me trague el suelo!