viernes, 6 de marzo de 2020

Agradecimiento


Si matase el dolor, seguramente
hace ya mucho tiempo que enterrada
estaría mi carne y sepultada
mi huella en la memoria de la gente.

Pero es el respirar un aliciente
que no desdeña un pecho , pues no hay nada
que enganche más que la desesperada
necesidad que por el aire siente.

Nací para ser pasto de la pena,
vivir para lamerse sus heridas
es el destino infausto de lo vivo.

Yo acepto y agradezco esta condena,
sé que debo a mis llagas doloridas
las trémulas palabras con que escribo.