martes, 30 de noviembre de 2021

El río de la vida



Ya no me queda brío suficiente

para seguir forcejeando en vano,

exige un sacrificio sobrehumano

nadar contracorriente.


Lo sé de buena mano,

el mantenerme a flote, indiferente

ante las turbulencias del presente,

es mi empecinamiento cotidiano.


El río de la vida

no hay quien lo remonte, te destruye

si te enfrentas a él con fuerza bruta.


Acierta el que se olvida

de oponer resistencia, mientras fluye

mansamente hacia el mar y lo disfruta.