viernes, 12 de abril de 2019

Abril incandescente



Después de haber pasado
tantas tardes de estío
sintiendo naufragar en su marasmo tórrido
mis cándidos ensueños,
de haber sobrevivido a la zozobra
de conversar a solas con mis desilusiones
tantas noches de invierno ,
yo creía que estaba ya a salvo
de ahogarme en el diluvio de mis lágrimas.

Pero, he aquí que llega
Abril incandescente
y la sorpresa surge :
vuelve la primavera a requebrarme
la piel desamparada y sensitiva,
y la lluvia se instala
puntualmente en mis ojos .

Compulsivas,me brotan
caricias como orquídeas en los dedos
y besos como guindas me nacen en los labios
con la insensata y clara pasión por regalarse.

Mientras que , sutilmente,
deja el escepticismo de ser esa neblina
que todo lo envenena .

Y en su lugar , fecundo,
un dulzor de aguamiel me inunda el pecho.

Aquí estoy otra vez , alma confiada,
carne para el festín del desencanto.


domingo, 7 de abril de 2019

Romance de valentía



Cuántas veces me alegro
de que termine el día.

La noche es una tregua
que viene a liberarme

En sus horas insomnes
me sumerjo los mares tenebrosos
de mis íntimas dudas ,donde apenas
si me mantengo a flote,
rehén de las mareas que fluctúan
entre mis sueños y mis realidades

Ha valido la pena
-me pregunto-
resistir.

Afanarse
por seguir respirando un poco más,
por exigirle al aire que se apreste
a alentar mis rutinas
y a la luz que atestigüe
el color de la sangre
de un alma fatigada ,que malvive
de derrota en derrota.

La madrugada en blanco
termina por rendir tu resistencia
y acaba transformándose en el lapsus
sedante y compasivo,
en el que los minutos se eternizan
y cobra el mundo otra dimensión
en la que todo encuentra su lugar,
su por qué ,
su sentido...

Y si no,pues tampoco
llora por eso nadie
ni cruje y se colapsa el universo...

Después de la zozobra,
qué grato recalar en la quietud amena
del espejismo de tus seguridades.

Luego, cuando amanece,
es cuando vuelve el miedo.

Temor a que galopen los minutos
con el furor de potros desbocados ,
a ver desvanecerse
como si fuesen humo los instantes
sin haber exprimido hasta la médula
su esencia primordial .

Pavor  a que se paren para ti  los relojes
y a que todo termine...

No queda más remedio
que huir hacia adelante...

Que hacerte la valiente
impostar la sonrisa
y renovar con gusto tu romance
incierto y tormentoso con la vida.

Que esperar otra noche
en que el silencio anime a hablar con uno mismo
y seguir preguntándote.