viernes, 16 de septiembre de 2022

Monotonía


 

Todos los días son el mismo día.

La misma luz plomiza, el mismo velo

en la mirada, la misma ley del hielo

y el silencio en su odiosa tiranía.


La misma secular monotonía

de las horas, que no levantan vuelo

y te van aplastando contra el suelo

hasta que te sepulta la apatía.


Igual sabor a tedio y  amargura

en el pan que te llevas a la boca,

semejante al regusto del ambiente.


En este repetirse sin hartura,

solo la pena a estreno,a la que hoy  toca

hacer hueco en  el alma, es diferente.


Odisea


 

¿Cuántos mares de espuma turbulenta

le quedan que bogar, sin más fortuna

que aceptar los designios de la Luna

cuando muestra su faz más virulenta?


De sus naufragios ya perdió la cuenta...

Hoy, un cerco en el cielo de luz bruna,

anuncia, sin que quede duda alguna,

que se está aproximando otra tormenta.


Y amarrada a su poste, a pie derecho,

una sirena sigue desgranando

con ronca voz de sal su canto triste.


Aferrada a la fe tenaz del pecho,

ahí sigue Penélope, remando,

aun sabiendo que Ítaca no existe.


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No hay ni un buen presagio, el Sol no brilla

en lo alto, ni vuela una gaviota

en el cielo, ni empuja tu derrota

un viento compasivo hacia la orilla.


Sientes como el latido se te agota

y el corazón anémico se aovilla ,

cansado de soñar la maravilla

de la improbable ínsula remota.


Como el naufragio auguras inminente,

rebuscas en el fondo de tu almario

pecios para escribir un poemario

que sin tintes dramáticos lo cuente.


Toca salir a flote a tu manera,

                                     porque Ulises, ni está ni se le espera                                                  

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Una ínsula más, la más perdida

de todo un archipiélago infinito,

es la barca sin remo en que transito

por los mares sin Norte de la vida.


Estoicamente, he de abrazar el mito

de mujer esforzada y aguerrida

a la que nada hace caer rendida,

mientras en mi interior ahogo un grito.


¿ Cuántos siglos bregando tempestades

habré de soportar? ¿Cuánta amargura

he de tragar, callando mis verdades?


Soy solo esa patética criatura,

cansada de arrastrar sus soledades,

que canta, para ver si las conjura.


*****


Por mucho que la vista se acostumbra

a este denso negror de pesadilla,

añora aquella mágica penumbra

de una Luna estival, tan amarilla.


Ni siquiera a lo lejos se vislumbra

la luz de un faro, mínima cerilla

avivando la fe que nos alumbra

de que en algún lugar hay una orilla.


Conque toca servirse del oído

para arribar al bien desconocido

de un puerto en tierra firme, si lo hubiera.


Batir contra el furor del oleaje

el eco de mi voz y guiar mi viaje

hacia una playa en la que amaneciera.



******


Completamente inerme, suspendida

en el aire, midiendo su vacío

o a punto ya de ahogarme, sumergida

en el languor inhóspito del frío.


Exhausta de bregar con lo baldío

del esfuerzo, sintiéndome rendida

ante el interminable desafío

que supone enfrentarse con la vida.


Y sin que aflore en el vocabulario

con que se escribe mi relato a diario

lo sólido, lo lúdico, lo amable...


Providencial, bendita estratagema

es contar, sublimada en el poema,

mi odisea y hacerla soportable.


miércoles, 14 de septiembre de 2022

Banda sonora


 

Sé bien que debería

dejar atrás un tiempo ya pasado,

cuyas evocaciones

son rumor de un aliento acostumbrado al frío,

que convoca la escarcha y nos tortura

los carcomidos huesos.


Por poder,

me imagino que podría

perdonar y arrancar de mi memoria

los días de borrasca,

las tardes sin paseo por el parque

y las noches de insomnio.


¿Pero quién me libera

de esta banda sonora

que, medrando en la sombra, fue orquestando mi ensueño

y hoy es ley en mi vida ?


Cada hoja que cae,

cada revoloteo de palomas torcaces,

cada rumor lejano de risas que celebran

vísperas de domingo

o de alas que emigran,

convocan las imágenes de aquellos sentimientos

que permanecen vívidos y alimenta mis labios

de canciones nostálgicas


Porque mi corazón,

esta vieja reliquia,

ha sido desde siempre una caja de música.


Y, todos lo sabemos,

la letra de los duelos y los gozos

se va difuminando en la memoria,

pero la melodía de su música

jamás se nos olvida.

la música no olvida.

martes, 13 de septiembre de 2022

Soledad

 



Llamadme por mi nombre, Soledad,

pues para mí no será novedad,

la vida no me esconde

el que me corresponde,

llamadme por mi nombre Soledad.


Es la canción de mis noches sin Luna,

prólogo triste de días sin Sol,

donde no encuentro un latir que se una

a los latidos de mi corazón.


Sentada a solas en la oscuridad

lo veo con mucha más claridad,

todo es monotonía

sin una compañía,

llamadme por mi nombre Soledad


De qué me sirve vivir esperando

por un cariño que nunca vendrá

cuando la vida me sigue negando

esas migajas de felicidad.


No temáis que me duela la verdad,

debo enfrentarme con mi realidad,

 es un dolor muy viejo

del que ya no me quejo,

llamadme por mi nombre Soledad.


De que me sirve vivir esperando

por un cariño que nunca vendrá

cuando la vida me sigue negando

esas migajas de felicidad.


Triste canción de mis noches sin Luna

prólogo triste de días sin Sol

donde no encuentro un latir que se una

a los latidos de mi corazón.


Soledad,

Soledad,

Soledad,

So

le

dad.


domingo, 11 de septiembre de 2022

Estela

 



  La vida por detrás, lo interesante

que le asignó la suerte, me figuro

que lo ha vivido ya y lo seguro

es que mire de frente el caminante.


El recuerdo de ayer, tan deslumbrante

apenas si le sirve de conjuro

para ahuyentar las sombras del futuro

incierto que vislumbra por delante.


La vida por detrás, y aun así debe

andar sin detenerse, así la rosa

o la espina tapicen el camino.


Unidas formarán el polvo leve

que levante la estela temblorosa,

testigo de su paso peregrino.

Escucha mi voz


 

Deja que cante y escucha mi voz

como si el viento trajese un rumor

de hojas que caen al atardecer

trayendo el eco de un lejano ayer.


Todo en mi boca se vuelve una canción

cada alegría que siente el corazón

y si la pena me hace suspirar

melancolía transpira mi cantar.


Porque he podido gozar del amor

he conocido lo que es dolor,

tarde o temprano lo habrás de perder

males de ausencia te hará padecer.


Miedo, esperanza o desesperación,

sueños, fracasos, angustias o ilusión,

fuentes fecundas jamás me han de faltar

donde se pueda mi música inspirar.


Todo en mi boca se vuelve una canción

cada alegría que siente el corazón

y si la pena me hace suspirar

melancolía transpira mi cantar.


Deja que cante y escucha mi voz

como si el viento trajese un rumor

habla en secreto de una mujer

que añora un tiempo que no han de volver.


Sonrisa

 




Me podría pasar la vida entera

viéndote sonreír y nutriría

mi dicha en el caudal de tu alegría

pues no existe regalo que más quiera.


No puedo concebir la primavera

si no la llenas tú de fantasía

y gracia, al florecer en lozanía

junto a mi ya reseca rastrojera.


Y siento que se encienden los faroles

en mi noche tenaz porque que dos soles

son tus ojos, con cuya luz me alumbras.


Hasta que Dios decrete mi partida,

me podría pasar toda la vida

viéndote sonreír como acostumbras.

La vida es sueño

 




Siempre ha sido aquí, en el paisaje

que te ha tocado en suerte, decadente

o lleno de esplendor, lo inteligente

es tratar de adaptarte a su hospedaje.


Ha sido siempre ahora, en un presente

que no levanta el vuelo y sin blindaje

ante un accidentado aterrizaje

lo más juicioso es que ni lo intente.


Pero ¿ ha de ser así? ¿Y quién te obliga

a verlo todo en negro o te atosiga

para que el aire siembres de tijeras?


Atrévete, en la vida siempre existe

un modo de pintarla menos triste,

y suéñala tan rosa como quieras.

Pugilatos

 


Acción y reacción, tira y afloja...

lo usual de un pugilato competido

en que no quieres darte por rendido

aunque pise tu pie la línea roja.


Es la culminación del sinsentido

pretender avanzar a pata coja

hombro a hombro, que solo da congoja

y no resulta nada divertido


Si cada uno para un lado rema

se gira en círculo, y es todo un problema

porque la barca puede  naufragar.


Y así andamos, exhaustos, cabreados

casi ahogados y tristes...muy cansados

de esta historia de nunca terminar.

Gallina pelona




No sé qué hago aquí, tan extraviada

como un oso polar en el desierto,

siendo el sordo que intenta en un concierto

seguir en ritmo, cuando no oye nada.


Porque  me niego a ir uniformada

y soy el perro verde, doy por cierto

que quedo siempre expuesta, al descubierto,

por mucho que me arrime a la manada.


Me siento la gallina que se lleva

el castigo de todo el gallinero

por ser pelona, haga Sol o llueva.


O la fruta picada del frutero

que nadie escoge...tanta cruz conlleva

ser, pensar y vivir como yo quiero.