sábado, 29 de diciembre de 2018

Jardín de la Alegría (La duda)



No hay mariposas blancas... escorpiones
se adueñan de mi estómago y me late
dispuesto el corazón para el combate,
a veinticinco mil revoluciones

No puedo permitir que me delate
una mirada, que mis emociones
dejen al descubierto los rincones
del alma en que mi duda se debate.

Tanto y tanto...
y tan alto y tan lejano...
tanto beso que no sabe que existo,
-quizás tan al alcance de la mano-

Tener que decidir si a la agonía
del silencio me obligo o bien conquisto
tu boca y mi Jardín de la Alegría.




Torpes palabras



Están hechas de luz y  calentura,
de la pasión de un pecho consagrado 
a ser altar de  aquel que me he jurado
que no conocería la negrura.

Están dichas con todas la dulzura
que me cabe en la voz , con el agrado
mejor del corazón , con el cuidado
que me dicta al oído la ternura.

Estallan en sonrisas mientras danzan
e intentan sutilmente acariciarte
desde el borde del labio con su acento.

Pero aun así , es claro que no alcanzan
mis palabras , tan torpes, para darte
la idea exacta del amor que siento.





Roca viva




Alguna ve te hiciste el iluso propósito
de mantenerte firme
como la roca ,
anclarte
con determinación a tus principios
y ser fiel a ti misma

Te juraste que nada
ni nadie lograrían que mudases de piel,
ni alterarte en tu esencia.

Pero cambiar no fue
jamás ninguna opción


Era la servidumbre obligatoria.

Porque la vida fluye
y lame con su lengua adamantina,
terca, incansablemente,
hasta que le socava
los cimientos más sólidos a la piedra más dura

Ser carne de molienda,
arena sometida
al capricho del mar en cualquier playa,
tal era tu destino
de guijarro que vive porque rueda...

Con un poco de suerte
algo quedará aún de aquella que antes fuiste...

Esa extraña pasión
que sientes tú también
por dejarte fluír como una roca viva ,
que guarda en sus entrañas
un manantial nonato de verbos
y el impulso
de irle revelando a una Luna menguante
en las noches de niebla tus secretos.

Y ,
silenciosamente,
derramando palabra tras palabra
hartarte de llorar.





viernes, 28 de diciembre de 2018

No faltaba un detalle



Todo estaba dispuesto:
la mesa, los manteles,
las velas, los manjares exquisitos,
la predisposición
a dejarse llevar por la alegría
y a volver a los años felices en que aún
es norma la inocencia.

No faltaba un detalle
los dulces, los licores...
la ilusión
de hacer de aquella noche
otro momento más que anclar a la memoria
con esas invisibles sedas tornasoladas
que teje la emoción.


Pero tú no viniste.

No fue la Noche buena
tal y como debía

Tu foto no bastó
para llenar el hueco
delator de tu ausencia , que asolaba la mesa,
para achicar el peso del vacío
que gravitaba sobre el corazón.

No faltaba un detalle...
o eso nos creíamos...

Faltaba lo que importa.
Saber reconocer qué es lo importante
y lo que es mejor echar en el olvido.

Y un poco más de amor.

No nos faltaba nada...

Y todo nos faltó.