Todo
estaba dispuesto:
la
mesa, los manteles,
las
velas, los manjares exquisitos,
la
predisposición
a
dejarse llevar por la alegría
y a
volver a los años felices en que aún
es
norma la inocencia.
No
faltaba un detalle
los
dulces, los licores...
la
ilusión
de
hacer de aquella noche
otro
momento más que anclar a la memoria
con
esas invisibles sedas tornasoladas
que
teje la emoción.
Pero tú
no viniste.
No fue
la Noche buena
tal y
como debía
Tu foto
no bastó
para
llenar el hueco
delator
de tu ausencia , que asolaba la mesa,
para
achicar el peso del vacío
que
gravitaba sobre el corazón.
No
faltaba un detalle...
o eso
nos creíamos...
Faltaba
lo que importa.
Saber
reconocer qué es lo importante
y lo
que es mejor echar en el olvido.
Y un
poco más de amor.
No nos
faltaba nada...
Y todo
nos faltó.
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