Están
hechas de luz y calentura,
de la pasión de un pecho consagrado
a ser altar de aquel que me he jurado
de la pasión de un pecho consagrado
a ser altar de aquel que me he jurado
que no
conocería la negrura.
Están
dichas con todas la dulzura
que me
cabe en la voz , con el agrado
mejor
del corazón , con el cuidado
que me
dicta al oído la ternura.
Estallan
en sonrisas mientras danzan
e
intentan sutilmente acariciarte
desde
el borde del labio con su acento.
Pero
aun así , es claro que no alcanzan
mis
palabras , tan torpes, para darte
la idea
exacta del amor que siento.
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