martes, 5 de noviembre de 2019

Lo deleble


Miro mis pies.

Sonrío.

No son precisamente los pies de Cenicienta...

Pero da igual,
tampoco
existe ningún príncipe,
ni recuerdo si tuve algún hada madrina.

Ni fabrican zapatos de cristal
de la talla cuarenta

Miro mis pies ,
me sirven
para lo justo,
andan
por caminos sin norte ,
al ritmo de la inercia y dejan tras de sí
un rastro florecido de pasión por la vida,
vertiéndose en palabras,
huellas sanguinolentas
que se saben delebles.

Así es mejor ,
la lluvia
llegará a diluirlas.

¿ Quién precisa perderse
persiguiendo el aroma de un puñado de versos ?

Cosechando cansancios
tras los pasos de nadie.









Pura espina que late


No es decepción, no es rabia...
no es melancolía,
no es nostalgia, congoja
ni desesperación...

Es saber que jamás ,
a pesar de pesares,
dejaré de quererte
y sospechar que nunca ,
aunque yo nada hice por merecer tu olvido,
he de volver a verte.

Tendría que inventar una palabra nueva
que pudiera expresar
toda la intensidad del torbellino.
de sentires que siento

No sé cómo llamar
a esta rosa de pétalos oscuros,
hecha de devoción y sangre coagulada,
que diariamente aflora sin desmayo
el centro del pecho .

Pura espina que late
que pervive y se nutre
de un amor infinito.

A  la que va agostando
la tristeza perenne.