Es una obligación para el que nace
condenado a vivir sobre tierra baldía,
intentar la conquista de nuevos horizontes
Después de veinte siglos
de haberse alimentado de injusticias
y de insatisfaciones
el cuero es insensible,
y no se sienten ya sobre el estómago
los mordiscos del miedo.
Se deja de apostar por lo seguro,
pues siempre sale a cuenta
el jugarse la vida.
¿
Cuántos dientes
tiene la boca oscura que codicia
la ilusión
floreciente ,que se insinúa apenas
en el perfil salobre
de las ondulaciones?
¿
Cuántas uñas
tienen las caracolas desalmadas
acechando en
sus cantos?
¿
Cuántos gritos
le debe aún el hombre,
a base de ser lobo para
el hombre,
como tributo al mar?
Y la Luna, impasible,
sigue jugando a ser reflejo y magia
mientras guarda el
secreto de un destino sombrío
su helado corazón.
Total...
más cornadas da el hambre...
Y la esperanza
nada pierde escuchando los reclamos
de las voces de anís, neón y humo
con los que hoy en día embaucan las sirenas.