viernes, 10 de abril de 2020

Enumeraciones






Enumero...
recuerdo y enumero...
me estrujo la memoria
hasta que casi duele y enumero...

Es una tentación hacer listados
con todo lo vivido y no dejarse
nada de lo sentido en el tintero.

Más que nada conviene
sacarse las ofensas que quedaron
atascadas el fondo a la derecha
de un alma recocida entre sus bilis ,
que ha hecho del resabio su brasero.

Aquello que callaste,
utilizando
el silencio a los gritos,
la promesa
que nunca me cumpliste,
la rosa sin espinas que no me regalaste,
la dureza en el golpe
del verbo carnicero...

Rememorar pesares,
a sangre fría,
en serie,
es un placer salobre
que reaviva heridas,
sin convocar las lágrimas,
¿y ,acaso,
es que así me libero?

Más vale hacer memoria,
-aunque haya que inventarlos -
de los días en los que los crepúsculos
eran puro embeleso compartido ,
cuando una sonrisa
era un faro alumbrando nuestra noche ,
y los amaneceres
el gozoso reencuentro cotidiano
de pieles que despiertan arrullándose
escuchando los cantos del jilguero.

No merece la pena enumerar
sino aquellos instantes
en que junto a tu oído una voz temblorosa
te susurró:
Te quiero”

Enumero...
fabulo si es preciso
y enumero...








martes, 7 de abril de 2020

Revelación (El cuarto Jinete )



El cielo siempre cumple sus promesas.

La Tierra se prodiga en sus avisos
de manera elocuente.

Ellos estaban ya
cabalgando a placer entre nosotros.

No los supimos ver.

O no quisimos verlos,
instalados
en nuestra miopía.

En nuestra conveniencia.

Hoy amenaza al mundo
ese cuarto jinete que cabalga
en su caballo pálido por solitarias calles ,
dejando tras su paso
un goteo incesante
de muerte y de temores.

¿ A quién reclamaremos
por esta desventura?

¿Al aire, que infectamos
tan concienzudamente?

¿ Al agua , que ensuciamos hasta la misma náusea
sin ninguna conciencia?

Nosotros hemos sido
la enfermedad , la plaga
que iba devorando la Tierra lentamente
hasta dejarla exámine.

Esta es la verdad,
nuestra verdad,
que al fin nos ha sido revelada.

Somos seres endebles,
que tenemos por fuerza que aprender a cuidarnos
los unos a los otros
y a mimar entre todos a un planeta
singular
y por ello irremplazable.


Eso es lo que hoy
por las bravas ,nos dice a voz en grito,
de manera violenta.

¿ Escucharemos?

¿O , esperando el diluvio
del fuego que nos barra de una vez al infierno,
habrán de ser de nuevo los necios y los sordos,
los locos,
los malvados,
los que tomen las riendas?