jueves, 20 de diciembre de 2018

Viejo baúl



Fotos amarillentas,
cromos viejos,
los pedazos
de alguna carta rota,
medallas de latón algo oxidadas,
algún que otro vinilo,
un llavero
con llaves que hoy no sirven
para abrir puerta alguna,
un cojín
que es un corazón...
y poco más nos queda
en el viejo baúl de la memoria.

Minucias...
cachivaches
de un tiempo pasado
que el tiempo fue cubriendo
con un velo de polvo.

Y es mejor...

Porque ,¿quién necesita
volver a cada paso a los lugares
en los que agazapada espera, 
destilando
suavidad y veneno la nostalgia?

Luego están esos días
de languidez y lluvia ,
de luz desmadejada , en los que el alma siente
que allí,
y solo allí vale la pena
perderse.

Venderse al mismo diablo,
beberse hasta los posos de ese cáliz
de la melancolía.

Y voluptuosamente
dejar que nos embriague
su dulce remembranza .






Soy ( pero que no se entere nadie...)



No he sido la primera
ni habré de ser la última que haga
de su lengua volcán, ceniza o llaga
por ser de la palabra pregonera.

Por nombrar lo inefable
al vino llamo pan , al cielo ,rosa,
al pecado, placer ... que salga airosa
con tal dislocación no es muy probable .

Y ya, puesta al oficio,
apuesto contra mí que he de exprimirle
al verbo su más clara luz secreta.

Mil fuegos de artificio
y una traca final con que decirle
a, mundo en voz  en voz muy  baja : “ Soy poeta”.





Dar a luz



Mis ojos, que nacieron
para ver en los tuyos la ternura,
desde que comprendieron
que su favor perdieron
ya no quieren mirar otra hermosura.

En qué estrella lejana
podrían encontrar la luz amena,
tan plenamente humana,
como la que dimana
de tu pupila cálida y serena.

De ahí que hoy el duelo
haga presa en mi pecho sin mesura
¿En qué rincón del cielo
encontraré el consuelo
que tu mirar radiante me procura?

Dudo de la quimera
de que con tiempo cambiará mi suerte,
pero creer quisiera
que acaso cuando muera
la luz regrese a mi y vuelva a verte

Y allá del otro lado
donde el alma perdona, cede, olvida
teniéndote, hijo amado,
de nuevo en mi regazo recostado
tus ojos volverán a darme vida.

martes, 18 de diciembre de 2018

Mi linda pelota


Mi linda pelota
roja ya no bota.

Esta un poco rota...

Se agujereado
cuando ha golpeado
contra un cristal
del chute tan fuerte que le había dado
sin querer Pascual.

He estado aburrido
hasta que ha venido
a casa papá
y al ver mi pelota me ha prometido
que la arreglará

Un parche ha buscado
y se lo ha pegado
en un santiamén,
ya no pierde el aire.. luego me la ha hinchado
y ha quedado bien.

!Mi linda pelota
roja, otra vez bota!

Y yo voy tras ella, igual que un idiota,
salta que te salta por todo el salón

!Ay,
Ay...!
! El jarrón...!!!

Colorín , colorado



Ha sido esta penúltima derrota
una ardua conquista.

A pesar de que haya tenido que aprestarme
a sumar desengaños mientras iba
coleccionado ausencias,
a enterrar ilusiones ,
a llorarlas
en sepulcral silencio.
He tenido que ir acostumbrándome
a adecuar el relato
-por salud,
más que nada mental-
a los giros
que daba el argumento

A volverme una experta en ese arte
sanador del olvido
y recordar que debo sonreírle
  • más que a nadie al mal tiempo-
y seguir rebuscando
y exprimiendo a conciencia ese poco de música
que guarda siempre el aire.

Ahora solo queda
intentar lo imposible

Ver el modo de ir
rellenando vacíos con los restos
de viejas emociones.

A hacer como que no
se siente la congoja
lo mismo que un mordisco en mitad del estómago,
lograr que cauterice
en forma de discreta cicatriz
la llaga que ha dejado el desencanto
en el centro del pecho

Aprender a vivir en soledad...

Y a ser casi feliz.
-Algunos días-

A creerte
que hay algo de verdad en este cuento.


lunes, 17 de diciembre de 2018

Tiempo



Tiempo

Lo que me falta es tiempo.

Tiempo para plantar un lilo blanco
y poderlo mimar como es preciso,
tiempo para sentarme y esperar
a ver cómo florece,
tiempo para aspirar
despacio,
muy despacio
el regalo inefable de su aroma.

Tiempo para perderlo en disfrutarlo.

Tiempo para soñar
con futuros perfectos
en el que todo al fin tendrá el color
radiante que soñamos.

Lo que me falta es tiempo.

Y no puedo comprarlo...
Ni tampoco estirar el poco que me queda.

Solo tengo  el consuelo bien escueto
del presente habitual
tan poco predispuesto a ofrecerme
sorpresas
ni a darme
otras satisfacciones que las justas.

Respiro, duermo, como...

Vivo.

Sin más.

Sin menos.

Procuro recrearme en cada mínimo
sorbo de agua fresca ,
destello de la luz
temblor del aire...

Exprimir cada pizca
de amargura o dulzor,
que me brinde el instante,
mientras veo 
cómo  se  vuelve  humo y se disipa
sin ruido entre mis manos,
que pretenden
en vano detenerlo.

Es tiempo y nada más lo que me falta....

No puedo permitirme
el lujo inconsecuente ni el pecado mortal
de andarlo malgastando
 o de perderlo.






Despertar



Te vas acostumbrando...

Sin darte apenas cuenta,
poco a poco te vas acostumbrando
a aceptar cualquier cosa.

Las mañanas en que no sale el Sol,
las tardes que discurren entre niebla
y las noches sin Luna y sin lirismo.

A habitar en regiones
pobladas de renuncias
en las que solo medran las tristezas ,
a intentar exprimirles
la gota de necesaria de cinismo
con que irse anestesiando

Pero aun así presientes
que un modo más humano y más feliz
de vivir es posible.

Te dices en voz baja
que hay que permitirse soñar de vez en cuando ,
que tienes que arriesgarte
a sacudir tu inercia
y a derribar murallas ,
que decidir tus límites
depende de ti mismo.

Que aunque a todo o a nada
es la dura batalla de la vida,
fracaso es no luchar por conseguir
que tu ilusión florezca ,
que estallen tus sonrisas y perfumen
el aire como pétalos .

Y decides que no quieres ni debes
morir sin intentarlo.




Derecho elemental



He contado hasta diez...

Y hasta cincuenta

Y hasta cincuenta mil cincuenta veces.

Y como , aunque los números no acaban,
no es tan infinita mi paciencia,
ya está llegando al límite.

Creo que me he ganado
mi humano derecho a rebelarme.

A exigir lo que es justo,
alguna vez me tiene que tocar
bailar con el más guapo,
comerme algún bombón
distinto al de café,
que no lleguen heladas
que malogren mis lilas en Abril
que no se desmoronen
mis castillos de naipes.

No es que sirva de mucho,
lo más frecuente es
hablar para los sordos y en medio del desierto,
que no te escuche nadie.

Pero de menos sirve
ser la más abnegada,
comedida, virtuosa y servicial,
la más prudente,
y vivir cosechando
desde Enero a Diciembre indiferencia
y condenada a ser imagen viva
de invisibilidad.

Pues que se entere el mundo,
ya no puedo ni quiero reprimirme,
numerando a destajo frustraciones y rabias,
ahora me ha llegado
el tiempo de gritar
hasta quedarme afónica.

Hasta escupir aquello
que me atormenta el pecho y atora mi garganta
desde hace demasiado.

Lo siento por el aire
que llegará al oído
saturado de sapos y culebras
y quizás eche en falta
aquel uno, dos, tres,
diez, quince, veinte...
...treinta mil...
bien capaz de anestesiarlo.

Pero es que soy un ser que vive , siente
y tiene sangre y bilis...

Y hoy por hoy, contar,
ya he contado bastante...








Ya casi



Me voy difuminando,
lo noto,
cada día
estoy más rodeada
de bruma
y más dispuesta
a encontrar en lo oscuro de su abrazo
cierta benefactora
intimidad.

Ya casi
soy apenas un pálpito ,
un aliento,
un rumor insinuándose
por entre los silencios de la noche.

Ya casi
he logrado que el alma aprenda la manera
de liberarse de sus esclavitudes
a base de suspiros.

El cuerpo es otra cosa...

El cuerpo se resiste fieramente
a dejar sus anclajes,
es fiel a su apegos...
se aferra a sus pasiones,
le gusta percibirse en su materia,
incluso siendo barro dolorido.

No le resulta fácil
aceptar la sufrible intrascendencia
de su destino,
ser
polvo
y que lo avienten
hacia los cuatro puntos cardinales

Pero será mejor  que se acostumbre al vértigo
de sentirse otra vez en libertad ,
ya casi han empezado
a soplar suavemente a sus espaldas
los vientos del olvido.

Habrá que irlo engañando

para que poco a poco se aclimate
al placer de  volar.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Diluvio de aguasal



La sinrazón entero te devora
desgarrándote el alma a dentelladas
Una sombra, una duda, una traidora
nube que oculta noches estrelladas

Y unos ojos serenos que te miran
mostrando su cariño sin mesura,
unos labios callados que suspiran,
una sonrisa ahogada en amargura ...

Un filo de navaja, un lazo al cuello,
yugo , yunque y martillo que golpea.
Una sospecha ahogando hasta el resuello,
gota tras gota, hasta lograr que sea
diluvio de aguasal, tedio infinito,
dónde cualquier amor muere marchito.


Madre Tierra



Acaricio la hierba con la mano
y me lavo los pies con el rocío;
el cáliz de los lirios no profano
aunque pruebe su néctar dulce y frío.

Me peina el viento suavemente el pelo,
me alegra el grillo con su serenata,
me arropa con cuidado el mismo cielo
con su chal negro de satén y plata.

Me cuenta un cuento la vetusta hiedra,
la misma historia que con voz silente
más de mil veces le contó la piedra.

El sueño sobre mí su cerco cierra
y me duermo tranquila y dulcemente
entre los brazos de mi Madre Tierra



El milagro del espino



Qué cálida es luz que les desvela
a los ojos las rutas del ensueño,
esta forma de hacer de lo pequeño
un capricho pintado a la acuarela.

Quién te iba a decir que con empeño
y satén en la voz que lo cairela
lograrías vestir de lentejuela
las aristas del un aire zarzaleño.

Poco a poco el dolor desaparece
y se diluye el eco de su aliaga
en cada cicatriz hecha a sus puyas.

Siempre existe un minuto en que merece
la existencia vivirse ,que en biznaga
se trasforma el espino si lo arrullas.

Historia de la biznaga.-https://www.tavolanews.es/blog/2018/05/09/la-biznaga/



Lo eterno



Las manos que se quieren ardedura
sobre la piel, a impulso del deseo
se inventan un gentil chisporroteo,
migajitas de amor y travesura.

La carne acostumbrada a su clausura
se deja despertar por el fogueo
de  juegos de artificio, un galanteo
que con facilidad la transfigura

Hay noches que debieran ser eternas
y quedar patentadas para el gozo
nacido del ardid de abandonarnos.

Que ya vendrán los días de galernas
y ante la inmensidad de su destrozo
tan solo aquel recuerdo ha de salvarnos.