Me voy
difuminando,
lo
noto,
cada
día
estoy
más rodeada
de
bruma
y más
dispuesta
a
encontrar en lo oscuro de su abrazo
cierta
benefactora
intimidad.
Ya casi
soy
apenas un pálpito ,
un
aliento,
un
rumor insinuándose
por
entre los silencios de la noche.
Ya casi
he
logrado que el alma aprenda la manera
de
liberarse de sus esclavitudes
a base
de suspiros.
El
cuerpo es otra cosa...
El
cuerpo se resiste fieramente
a dejar
sus anclajes,
es fiel
a su apegos...
se
aferra a sus pasiones,
le
gusta percibirse en su materia,
incluso
siendo barro dolorido.
No le
resulta fácil
aceptar
la sufrible intrascendencia
de su
destino,
ser
polvo
y que
lo avienten
hacia
los cuatro puntos cardinales
Pero
será mejor que se acostumbre al vértigo
de
sentirse otra vez en libertad ,
ya
casi han empezado
a
soplar suavemente a sus espaldas
los
vientos del olvido.
Habrá que irlo engañando
para que poco a poco se aclimate
al placer de volar.
Habrá que irlo engañando
para que poco a poco se aclimate
al placer de volar.
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