lunes, 17 de diciembre de 2018

Ya casi



Me voy difuminando,
lo noto,
cada día
estoy más rodeada
de bruma
y más dispuesta
a encontrar en lo oscuro de su abrazo
cierta benefactora
intimidad.

Ya casi
soy apenas un pálpito ,
un aliento,
un rumor insinuándose
por entre los silencios de la noche.

Ya casi
he logrado que el alma aprenda la manera
de liberarse de sus esclavitudes
a base de suspiros.

El cuerpo es otra cosa...

El cuerpo se resiste fieramente
a dejar sus anclajes,
es fiel a su apegos...
se aferra a sus pasiones,
le gusta percibirse en su materia,
incluso siendo barro dolorido.

No le resulta fácil
aceptar la sufrible intrascendencia
de su destino,
ser
polvo
y que lo avienten
hacia los cuatro puntos cardinales

Pero será mejor  que se acostumbre al vértigo
de sentirse otra vez en libertad ,
ya casi han empezado
a soplar suavemente a sus espaldas
los vientos del olvido.

Habrá que irlo engañando

para que poco a poco se aclimate
al placer de  volar.

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