Tiempo
Lo que
me falta es tiempo.
Tiempo
para plantar un lilo blanco
y
poderlo mimar como es preciso,
tiempo
para sentarme y esperar
a ver
cómo florece,
tiempo
para aspirar
despacio,
muy
despacio
el
regalo inefable de su aroma.
Tiempo
para perderlo en disfrutarlo.
Tiempo
para soñar
con
futuros perfectos
en el
que todo al fin tendrá el color
radiante
que soñamos.
Lo que
me falta es tiempo.
Y no
puedo comprarlo...
Ni
tampoco estirar el poco que me queda.
Solo
tengo el consuelo bien escueto
del
presente habitual
tan
poco predispuesto a ofrecerme
sorpresas
ni a
darme
otras
satisfacciones que las justas.
Respiro,
duermo, como...
Vivo.
Sin
más.
Sin
menos.
Procuro
recrearme en cada mínimo
sorbo
de agua fresca ,
destello
de la luz
temblor
del aire...
Exprimir
cada pizca
de
amargura o dulzor,
que me
brinde el instante,
mientras
veo
cómo se vuelve humo y se disipa
cómo se vuelve humo y se disipa
sin ruido entre mis manos,
que pretenden
en vano detenerlo.
que pretenden
en vano detenerlo.
Es tiempo y nada más lo que me falta....
No
puedo permitirme
el
lujo inconsecuente ni el pecado mortal
de
andarlo malgastando
o de perderlo.
o de perderlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario