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domingo, 8 de septiembre de 2024

Oda postrera


Hoy quisiera escribir

una oda postrera a la alegría.


Una oda nacida en lo profundo

del ser,

dónde se guardan

los secretos más íntimos,

los recuerdos más ácidos,

los amores más dulces y sinceros.


Una oda de aquellas que parece

que fueran inspiradas

por la radiante luz del Sol de mediodía,

de esas que despiertan

nuestro impulso vital y hacen que acelere

su ritmo el corazón.


Una oda que hable

de aquel tiempo en el que todavía

no existían señales de debacles futuras,

y el mundo era aún

un lugar habitable y amistoso,

en que mi espacio olía

a tibieza y canela.


Una oda que sea testimonio

de que la vida es una inmensa aventura,

la sorpresa perenne

que se va desvelando día a día

y que, a pesar de todos los pesares

que a veces nos obsequia,

merece ser vivida con pasión

y celebrada jubilosamente

por todos esos mínimos momentos,

perfectos y gozosos,

que, también por sorpresa, a ratos nos regala.


Una oda que cante

por mí,

que ya no tengo

fuerza en la voz,

-y aun sabiendo que soy flor del instante,

de pétalo en precario-

el agradecimiento de existir,

- espíritu animoso, sometido

a una carne lábil-

así, adolorida,

vulnerable,

feliz,

emocionada.


Una oda radiante,

que me preste

algo de su esplendor, en esta hora

de penumbra creciente, en la que solo

florecen los silencios y medran  las tristezas.

sábado, 24 de agosto de 2024

Fe de vida


 

Pesan

cada vez más los años.


Ese andar renqueante,

esta memoria flaca,

que apenas si recuerda ya la letra

de la canción antigua que te viene a los labios...


Esta extraña dulzura

que anega el corazón...


La vida no perdona,

siempre deja

su marca a sangre y luz sobre nosotros.


No es que duelan los huesos

ni que angustie

tener que contemplar en los espejos

cómo se desdibuja la hermosura

ni que aflija el derroche

de tantos buenos días

perdidos.


Atormenta,

más que nada, saber que creíste elegir,

que no fuiste capaz

de vislumbrar a tiempo la verdad,

que nadie

es en verdad tan libre como piensa.


Que solemos jugar con una mano

amarrada a la espalda

y de cartas trucadas, casi siempre,

se vale la existencia,


Resistir,

resistirse

a sentirte vencida,

se convierte en tu última victoria.


Y no dejar que opaque

el brillo en tu mirada la tristeza.

Canción última


 

Ahora

hay una extraña calma,

semejante

a aquella que dicen que precede

a las grandes tormentas.


Se diría,

que el corazón lo intuye

y se niega

a latir

-ni ¿para qué?-

como si doblegado bajo el peso

de un cansancio infinito

desistiese

del vicio de seguir con su tozudo

renquear palpitante

y malgastar así

sus ya menguantes fuerzas.


Mejor abandonarse

aceptar

que ya está amortizado,

asumir

su propia decadencia


En su desesperanza,

la quietud no parece una opción desdeñable.


Si él lo siente así,

a mí solo me queda aguardar que se abra

esa ultima puerta


Inesperadamente

una canción dulcísima se encarama a los labios,

será por la costumbre

de hacer de todo música,

y alienarme

envuelta en su rebozo,

será porque quisiera

se este modo tan mío despedirme

y al tiempo dar las gracias

por este don magnifico que nunca he merecido,

antes de que la voz de aire y agua

que me habita se calle.


Antes de sumergirme en el silencio

eterno que me espera.


miércoles, 4 de octubre de 2023

Últimas trincheras

 



Ya ni ganas de huir

-ni ¿ a dónde ? -

te quedan en el cuerpo derrotado.


Contra este tiempo de languidez anémica,

¿ quién puede rebelarse?


¿Y qué podría hacerse

si en estas horas de tribulaciones

y de densas penumbras

se adueñan del espacio los fruitivos

acordes del silencio

y se alambican

los cálices del aire?


Lentamente

se derrumban las últimas trincheras

del apercibimiento

mientras inunda todos los rincones

un vaporoso y trapacero aroma

a flores secas, a penetrante sándalo,

a coyuntura mística,

a intemporalidad.


Y quién le cuenta al alma encandilada

que la  beatitud que sobrevuela

sobre el instante ardiente

es solo un espejismo.


No queda otra salida que embriagarse

con este don de lúdico candor

que hoy se nos regala.


Que dejarse fluir abismo adentro

e irse acostumbrando a divagar

sobre lo inevitable de las pérdidas.


Y a saber que las lágrimas

nunca saldan las deudas con el diablo.


Ni apagan nuestra inútil

sed secular de dicha y redención.


Tan solo por un rato,

 si es que hay suerte,

la amansan.

jueves, 10 de noviembre de 2022

Crisantemos blancos


 

Un punto de partida,

parpadeo

perdiéndose en la bruma.


Una meta final,

un rojizo fulgor, apenas insinuándose

detrás del horizonte.


Y en medio tanta lucha apasionada.


Tanta derrota ingente.


Pero hay que seguir,

usando de cayado, si es preciso,

los recuerdos del tiempo en que las lilas

esparcían su hechizo sobre el aire.


Toca seguir,

negándose a uno mismo

que cada paso duele.


Que hoy tus sueños los pueblan

los crisantemos blancos, que sobre ti derraman

sus pétalos marchitos.


Que, en cada enfebrecido despertar, 

 gélido y sepulcral sientes sobre la piel

el silencioso manto de su nieve.

martes, 2 de febrero de 2021

Poco importa






No me importa,

lo cierto

es que, aunque haya veces que proclame

que sí,

no me interesa

lo que pase en el mundo,

que se pare o que gire

que llueva o que se sequen todos los manantiales,

que se evapore el aire o que el Sol ya no alumbre,

no me importa.


A qué vivir en vilo

pendiente de si es todo

el mismo absurdo, idéntica incongruencia

carente de sentido, cuando yo

no he de poder cambiarlo.


Solo puedo sufrirlo

con espíritu estoico,

como aquel que contempla una mala película

desde la lejanía.


Si pudiera sentirlo

a través del murmullo amedrentado

del agua del torrente,

del tembor en la hierba, de la angustia que late

en el canto del pájaro,

acaso consiguiera percibir

esos presentimientos inquietantes

y unirme a su congoja.


Pero es que soy un ser que sobrevive

a base de ignorar lo que le duele...


Y de ir conjugando

el presente imperfecto, tan pródigo en urgencias,

que ordena cada día.


Total, si he de morirme...

es mi destino,

lo mismo que el de todo lo que medra.


Y quizás que colapse

es lo que trajo escrito el universo

en su código fuente.


Que después se reinicie

y todo acabe siendo

algo menos brutal e incoherente.


O que no...

Poco importa.


viernes, 11 de diciembre de 2020

Alienación


 

El animal exahusto se acurruca

sobre sí

y se permite

escuchar lo que dicen sus instintos


Transitar de puntillas

sobre la superficie de las horas

y pasar por la vida sutilmente,

como el pez se desliza sobre el agua

sin dejar ni una huella.


Y alienarme

con la  desesperanza y la apatía 

que    abruman el ambiente.


Esto es todo

a lo que  ahora aspiro.


Debe ser que me falta

el aliento vital.


O me sobran catástrofes


El caso es que no alcanzo

a continuar remando más a contracorriente.


El cuerpo pide a gritos

un poco de reposo,

lo mejor es dejar que pase el tiempo

y correr sobre él

veladuras de niebla

y de estupor


Mañana

sé que será otro día

tan bueno como hoy o como ayer

para seguir luchando y anotando

sobre la piel derrotas.


Para seguir llorando,si el capricho

del azar lo decide

o un Dios impío quiere .


Si es que no viene antes, compasiva,

la muerte a remediarlo.






lunes, 22 de julio de 2019

Devastaciones


Es gris el polvo de cualquier camino
que decidas seguir
y son las huellas
que antes dejaron otros un compendio
de infinitos cansancios,
de ruindades ,
tristezas
y grisuras.

Le queda al caminante ese consuelo
de las zarzas hambrientas
por su piel,
que resultan
un toque interesante en los ribazos
y ,si es que tiene suerte, no perderse
demasiado buscando otra salida
que no sea escapar hacia adelante.

Luego, todo es ponerle
al tiempo malcarado buena cara,
silbando esa canción que se quedó
enredada en el borde de los labios
y es a la vez nostálgica y alegre.

Y rezar porque sea
estrellada la noche .

Y, si es que viene oscura ,
tropezarse una buena compañía .

Sabiendo que, por mucho
que lleve de reclamo sus alforjas
decoradas con doce cascabeles,
quien más, quien menos guarda en su interior
viente puñales y más de cien heridas.

Y esconde en lo recóndito del pecho
un campo de batalla devastado.

jueves, 4 de julio de 2019

Infiel


Respirar acostumbra,
pero el aire no es tuyo.
Ni tampoco esa pizca de fragancia
que te enerva la sangre
y que le inspira
a tu pecho un suspiro.

Solo es tuyo tu miedo.

Ese que va a galope por las venas
buscando callejones
en los que no penetre ni la luz de la Luna,
donde olvidar su filo de navaja
y apostar al olvido.

¿ Habrá algún otro modo
de desbravar la vida,
de burlar en furor de sus embates
que no sea dejándose llevar por su corriente?

Es tan fuerte su abrazo
que acabas por ceñírtelo a tu piel
sin darte cuenta
de que que está cincelado en tu adeene
serle fiel hasta el último sollozo
y en el suyo engañarte.
Nada se puede hacer,
si no es adorarla y amarla hasta el final
apasionadamente.

Sin pensar en que ella
cualquier día de estos , tal como estaba escrito,
habrá de abandonarte.

domingo, 7 de abril de 2019

Romance de valentía



Cuántas veces me alegro
de que termine el día.

La noche es una tregua
que viene a liberarme

En sus horas insomnes
me sumerjo los mares tenebrosos
de mis íntimas dudas ,donde apenas
si me mantengo a flote,
rehén de las mareas que fluctúan
entre mis sueños y mis realidades

Ha valido la pena
-me pregunto-
resistir.

Afanarse
por seguir respirando un poco más,
por exigirle al aire que se apreste
a alentar mis rutinas
y a la luz que atestigüe
el color de la sangre
de un alma fatigada ,que malvive
de derrota en derrota.

La madrugada en blanco
termina por rendir tu resistencia
y acaba transformándose en el lapsus
sedante y compasivo,
en el que los minutos se eternizan
y cobra el mundo otra dimensión
en la que todo encuentra su lugar,
su por qué ,
su sentido...

Y si no,pues tampoco
llora por eso nadie
ni cruje y se colapsa el universo...

Después de la zozobra,
qué grato recalar en la quietud amena
del espejismo de tus seguridades.

Luego, cuando amanece,
es cuando vuelve el miedo.

Temor a que galopen los minutos
con el furor de potros desbocados ,
a ver desvanecerse
como si fuesen humo los instantes
sin haber exprimido hasta la médula
su esencia primordial .

Pavor  a que se paren para ti  los relojes
y a que todo termine...

No queda más remedio
que huir hacia adelante...

Que hacerte la valiente
impostar la sonrisa
y renovar con gusto tu romance
incierto y tormentoso con la vida.

Que esperar otra noche
en que el silencio anime a hablar con uno mismo
y seguir preguntándote.













martes, 18 de diciembre de 2018

Colorín , colorado



Ha sido esta penúltima derrota
una ardua conquista.

A pesar de que haya tenido que aprestarme
a sumar desengaños mientras iba
coleccionado ausencias,
a enterrar ilusiones ,
a llorarlas
en sepulcral silencio.
He tenido que ir acostumbrándome
a adecuar el relato
-por salud,
más que nada mental-
a los giros
que daba el argumento

A volverme una experta en ese arte
sanador del olvido
y recordar que debo sonreírle
  • más que a nadie al mal tiempo-
y seguir rebuscando
y exprimiendo a conciencia ese poco de música
que guarda siempre el aire.

Ahora solo queda
intentar lo imposible

Ver el modo de ir
rellenando vacíos con los restos
de viejas emociones.

A hacer como que no
se siente la congoja
lo mismo que un mordisco en mitad del estómago,
lograr que cauterice
en forma de discreta cicatriz
la llaga que ha dejado el desencanto
en el centro del pecho

Aprender a vivir en soledad...

Y a ser casi feliz.
-Algunos días-

A creerte
que hay algo de verdad en este cuento.