sábado, 10 de septiembre de 2022

Estación incierta


La luz de la mañana,tan diáfana y serena,

no es hoy un señuelo suficiente

que anime a despertarse.


Es esta una estación umbral y límite,

de tránsito e incierta,

en la que las palomas, precavidas,

regresan con premura hasta sus nidos

y el corazón,

temblando,

lo mismo que una hoja que tirita en su rama

presiente como un tiempo

descarnado y oscuro.


No se puede vivir

mascando incertidumbre indefinidamente,

adivinando por dónde arribará

el aliento del frío.


Y el instinto te dice

que es mucho mejor cerrar los ojos

y fingir que se duerme

hasta que llegue el sueño a despenarte.


Y si pudiera ser

eternamente.


O al menos, hibernar,

como los osos,

hasta que sobre al aire se insinúen

las tibiezas benéficas que anuncian

que ya pueden abrirse  sin cuidado

las flores de satén de los almendros.

 

martes, 6 de septiembre de 2022

Fe ciega


 

Quiero creer

que algo quedará de nuestro paso,

fugaz como un suspiro entre las fauces

de un tiempo sin fisuras,

cuando todo se vaya disolviendo

en en vientre insaciable

del inmenso vacío.


Un rastro de ilusión ,

algún destello

de inspiración anónima,

un temblor, un indicio

de compasión, de rabia,

de alegría.


Que en cada molécula del cosmos

latirá como un eco

la voz intemporal e indestructible

de los muchos que se reconfortaron

con mi misma esperanza

y le obsequiaron incansablemente

sus quimeras al aire.


Quiero creer que nada ha sido en vano.


Tanta pasión,

tanto arrebato lírico,

tanta  duda abrasante 

tantos sueños...


Tanto amor derrochado.


Tanta entrega fanática a la vida.


Tanto oración silente del incrédulo

que se empeña en creer,

tan malgastada,

al alba.