Se
suceden
fieles
a sus rituales y a sus gestos,
sin
ninguna excepción, las estaciones.
Sarpullidos
de aromas y suspiros
amenizan
Abril,
cócteles
de ardentías
embriagan
los crepúsculos de Mayo,
torbaneras
en Julio, tormentas en Agosto,
aguaceros
a fines de Septiembre...
Y
ahora,
-y
dicen que el que avisa no es traidor-
tras
la estela brumosa de las últimas garzas
ya
suenan embotados en rumores de frío
los
pasos de Diciembre.
Quiere
su ceremonia que el aire se embalsame,
que
la luz se entumezca,
que
los pulsos del mundo se queden suspendidos
y
que tú te sometas al apoderamiento
de
la frugalidad.
No
sirve maldecir
no
sirve rebelarse ...
prepara
tus capotes
y
tus mejores armas forastero,
esos
cúmulos
de
pétalos marchitos disecados ,
esos
álbumes
de
fotos amarillas ,
ese
montón de discos de vinilo
en
los que voces rotas de acento aguardentoso
cantan
a la traición y la derrota.
Ese
arsenal de versos destilados
desde
al alma doliente de anónimos amantes,
de
poetas malditos,
que
inevitablemente
hablan
de desamor y soledad ...