No sé si vengo o voy, sé que me alejo
de un mundo que ha perdido su substancia
ante mis ojos, cuyo catalejo
gastado minimiza su importancia.
Visto a través del nítido reflejo
de la experiencia, y al tomar distancia,
con objetividad sagaz cotejo
sus mil mentiras y su extravagancia.
No pienso malgastar muchas saudades
en recordar paisajes o ciudades
que de mí no tendrán jamás memoria.
Mejor me entrego al verso clandestino,
esa huella deleble en el camino
con que escriben los tristes su victoria.