martes, 2 de septiembre de 2025

A ratos

 




La vida no se anda conmigo con halagos

y, en una extraña suerte de juego de la oca,

ando de pena en pena, tiro porque me toca

doblar mi cargamento de duelos y de estragos.


No sé si blasfemar o mejor darme al vino

y ponerme a cantar coplas por soleares,

aunque puede que acabe después llorando a mares

y maldiciendo a voces mi inhóspito destino.


Luego recapacito y, puestos a echar cuentas,

aunque sé que hay algunas que son muy fraudulentas,

también en algún lance salí mejor parada.


No siempre fui feliz, pero, en mis estrecheces,

celebro el estar viva, pues compensa con creces

poder sentirse a ratos inmensamente amada.

La espera

 



Está ahí,
inane,
esperando, quizás,
a que lo mire
para ser.

Tal cómo yo,
aguardo, aquí, en la sombra,
algún suspiro capaz de despertarme
de mi soñar quimeras.

O no...

Quién dice que no baste con abrir
de par en par los ojos 
e inaugurar la luz.

Tan inclemente.