La
mañana se empeña
en mostrar su semblante más risueño,
en mostrar su semblante más risueño,
invitando
a salir y a celebrar
los
ritos cotidianos de la vida.
Pero
yo solo quiero
dormir,
abandonarme
al
plácido letargo, que me arroje
en
brazos del olvido.
Sed
amables conmigo, permitidme
soñar
que ha sido un sueño ese rosario
de
días sin cantares ni colores ,
tan huérfanos de magia
e ilusión que he vivido.
tan huérfanos de magia
e ilusión que he vivido.
Envolvedme
en el suave
cobertor
del silencio.
Y
fingid , como yo, que no sabéis
que
bajo la tranquila superficie
de
este tiempo de tregua sin fisuras,
con
ojos como ascuas
y
corazón rampante,
las
pesadillas velan.
Solo
tienen
que esperar que en mitad de cualquier noche
una lechuza cante
que esperar que en mitad de cualquier noche
una lechuza cante
y
llegue su momento.