martes, 30 de julio de 2024

Reducto


 

Todavía

me duele este dolor.


Aún la ausencia es igual que un clavo ardiendo

que atormenta la carne

del alma,

y le recuerda

lo luminoso que podía ser

el día con tan solo

mirarnos,

sonreír

y ver juntos el modo que un jilguero

sacudía sus plumas,

mientras iba cayendo la lluvia mansamente.


En ese virtual y nebuloso

reducto del pasado,

enrocado con fuerza en la memoria,

es donde debo buscar alguna brizna

de claridad que haga más amable

este presente austero en el que vivo


Ahora que mis días amanecen

casi siempre nublados.