Se van
pasando los días
sin más
frío ni calor
ni más
rastro de esplendor
sobre
sus horas baldías
Añejas
melancolías
van ,en
lucha sin cuartel,
colonizando
la piel
del
alma y son el sustento
del
rumor, que siembra el viento
de
suspiros a granel.
De
suspiros a granel
está
el ambiente infectado
y deja
el aire embriagado
con su
explosivo coctel.
Pues
quién se resiste a aquel
mandato
de tal zalema
y no
intenta la suprema
osadía
de espulgarse
sus
males y retratarse
malamente
en un poema.
Malamente
en un poema,
sea
canción o lamento,
cabe
tanto sentimiento
que por
dentro te requema.
Yo, al
menos, la estratagema
de su
decir afectado
intento
que algún recado
envíe
a mi alrededor
de que
hay un algo interior
en mi
día amortajado.
En mi
día amortajado,
de la
vida un mal remedo
solo es
un quiero y no puedo
el
recreo regalado.
Por eso
es más apreciado
cada
instante en que ,obsesiva,
mi musa
me hace que escriba
en mi
silente retiro
y voy,
poema a suspiro
mostrándome
que estoy viva.