lunes, 23 de julio de 2018

Vivir para gozarlo



Seguir , hay que seguir,
eso es seguro...

Vivir, como montar en bicicleta,
es solo un ejercicio
de equilibrio y tesón,
que ,siguiendo las leyes de la inercia ,te obliga
a ir pedaleando sin parar,
mirando hacia adelante,
si no quieres caerte.

Pero lo cierto es
que ,ahora que creo
que he atravesado ya todas las estaciones
y me conozco todos los paisajes,
no sé ni dónde estoy...

Y cuanto más camino
me encuentro más perdida...

No sé hacia dónde voy
no hay  ninguna senda 
pautada,
que resulte algo confiable
y digna de que puedan nuestros pasos
seguirla sin cautelas.

Solo sé que mañana sumaré
un puñado de flores de artemisa o lavanda
al muestrario de olores
de mi atestada caja de latón.

Otras cuantas canicas de cristal,
una canción, un gesto,
alguna nueva imagen...

Otro bocado de realidad
que andar regurgitando sin clemencia
en las noches insomnes
que acaban siendo carne de añoranza.

Solo sé que mañana ignoraré
también un poco más
de las piedras, los versos, las sonrisas
que no vi,
que quedaron arrumbados
entre bruma y olvido en la cuneta.

Solo sé que no quiero
vivir para seguir coleccionando
postales de mi misma en un absurdo viaje
en que al final acabas construyéndote
una iconografía a tu medida,
patética e irreal, 
que te hace ser quien eres
y no te deja ser la que quisieras

Solo sé que no quiero
vivir para contarlo.

Solo quiero vivir para vivir.
Vivir para gozarlo

Solo quiero sentarme...

Sentarme y descansar .

Y ver cómo devora el horizonte
lenta y serenamente
los últimos destellos de esplendor de la tarde.


Santo Oficio



Qué sería de mí sin esta fantasía
de que puedo salvarme, usando el artificio
de engarzar las palabras, en un raro ejercicio
mitad malabarismo, mitad hechicería.

Comprendes que hace falta tener mucha osadía,
un ego desbordado y muy escaso juicio
para creer que puedes poner a tu servicio
a las musas que saben de acento y armonía.

Pero bien poco importa hacer el sacrificio
de abrazar como fe lo etéreo y lo ficticio
para escapar al cepo de la monotonía.

Milagro es que no acabe en mayor estropicio
que el de encadenarme por vida al santo oficio
luminoso y absurdo que es la poesía.



domingo, 22 de julio de 2018

Masticando soledad




Voy caminando entre la gente,
todo da vueltas a mi alrededor,
todo lo veo diferente
desde que sobrevivo sin tu amor;
voy caminando entre la gente extraña
de la gran ciudad,
que me golpea con su indiferencia
y hace más cruel mi soledad.

Luces de neón.
Ruido y confusión...
Me refugio en la penumbra
de mi habitación.
No tengo en quién pensar
no sé con qué soñar,
me revuelvo dando vueltas
con ganas de gritar.
Y reventar.

Y no dejo
de llamarte
desde el alba al anochecer.

Ya no sé
dónde buscarte
ya no sé que hacer.

Solo puedo
imaginarte,
si sigo así, yo solo sé
que voy a enloquecer.

Debo encontrar una salida
no aguanta el cuerpo ya esta marcha atrás,
un laberinto es hoy mi vida
en el que cada vez me pierdo más y más.
Debo aprender a no ver en tu imagen
mi felicidad,
a continuar más libre mi camino
y masticando soledad.

Luces de neón.
Ruido y confusión...
Me refugio en la penumbra
de mi habitación.
No tengo en qué pensar
no sé con quién soñar,
me revuelvo dando vueltas
con ganas de gritar.
Y reventar.

Y no dejo
de soñarte
desde el alba al anochecer.

Ya no sé
dónde buscarte
ya no sé que hacer.

Solo puedo
imaginarte...

Y no sé
cómo llamarte,
con qué clase de palabras,
nunca oídas , jamás dichas   conjurarte
para hacer , abra cadabra,
que a mi lado tú volvieses
otra vez a aparecer.