Han nacido y han muerto
universos, quimeras,
odios eternos,modas,
famas incombustibles,
entusiasmos
a prueba de reveses,
convicciones,
pasiones inmortales,
evidencias...
Ha llovido ya tanto
como para acabar con la aridez
de todos los desiertos.
Como para secarme
los veneros del duelo que le prestan
humanidad al alma.
Y sin embargo aún
con suavidad me llega ,cabalgando en la brisa
un rumor que despierta en mi memoria
tu recuerdo inefable.
El eco de una voz,
que sabe ser caricia y te sosiega,
el centelleo
que sobre el aire danza y me devuelve
la luz de tu mirada,
su tibieza...
...un estremecimiento
que me hace
rememorar los días sin historia
en que fuimos felices,
contra viento y marea,
solo porque podíamos luchar codo con codo
contra cualquier embate de la vida
y reírnos unidos
como mejor defensa.
Daría cualquier cosa
que Dios o que el demonio me exigiesen
por volver a ese tiempo venturoso,
pero sé que el pasado
nunca jamás regresa.
Que debo conformarme
con la ventura mínima
de que flote tu espíritu bienhechor, atrapado
tadavía en las redes misteriosas del éter.
Y festejar con él
la magia y el milagro de esos días benditos
en los que entusiasmado lo celebra.
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