Sé bien que debería
dejar atrás un tiempo ya pasado,
cuyas evocaciones
son rumor de un aliento acostumbrado al frío,
que convoca la escarcha y nos tortura
los carcomidos huesos.
Por poder,
me imagino que podría
perdonar y arrancar de mi memoria
los días de borrasca,
las tardes sin paseo por el parque
y las noches de insomnio.
¿Pero quién me libera
de esta banda sonora
que, medrando en la sombra, fue orquestando mi ensueño
y hoy es ley en mi vida ?
Cada hoja que cae,
cada revoloteo de palomas torcaces,
cada rumor lejano de risas que celebran
vísperas de domingo
o de alas que emigran,
convocan las imágenes de aquellos sentimientos
que permanecen vívidos y alimenta mis labios
de canciones nostálgicas
Porque mi corazón,
esta vieja reliquia,
ha sido desde siempre una caja de música.
Y, todos lo sabemos,
la letra de los duelos y los gozos
se va difuminando en la memoria,
pero la melodía de su música
jamás se nos olvida.
la música no olvida.
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