domingo, 24 de septiembre de 2017

Tiempo de vísperas


El silencio se abate como un cuervo
sobre la presentida
agonía cruenta del crepúsculo.

Los tiempos de las vísperas hallaron
dentro de él su amparo por sorpresa.

Su sereno latido es el más dulce
madrigal a las sombras.
El rumor de su sangre es el arrullo
en el que las palomas se solazan.

La sola evocación
del enmudecimiento y su serena
virtud esplendorosa ,
convoca sobre el cielo al esperado
lucero ,
fulgor puro ,
semejante al destello de una lágrima,
que apagará esta hoguera de la tarde
que nos devora.

Exangüe,
consumida,
fugaz como una estrella que se extingue
con su deseo intacto,
el camino le dicta su andadura
de nostalgias y hastíos.

Porque la noche debe cobrarse su tributo
en desnuda verdad  y  en soledades.

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