domingo, 12 de agosto de 2018

Idus de Agosto



Yo me creía a salvo.

Que hacía el camino ya de vuelta,
aquel en que somos criaturas avisadas ,
completamente indemnes
a cualquier tentación que nos asalte.

Que en un alma curtida a cicatrices
no caben en exceso florituras
ni es un buen lugar para que brote
nuestro animal más lírico.

Pero la vida sabe
buscarnos las cosquillas .

Y he aquí que llega
puntual,
deslumbrador,
inevitable,
Agosto incandescente.

Con sus tórridas noches
y su cielo cuajado de lágrimas fugaces,
con su aire encendido
por aromas que son todo un poema...

¿ Quién puede resistirse
a dejarse llevar por el hechizo
de la suave indolencia omnipresente
y a pedir un deseo?

A entornar los ojos
y atreverse a soñar sin sonrojarse
con que esta vez sí puede cumplirse.



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