lunes, 3 de febrero de 2020

El día que amanece



Un resquicio de luz
y una guarida
en que sentirme a salvo y recrearme
en la delectación de contemplarla.

Eso es cuanto le pido a la existencia.

Y dejar de tener la obligación
de caminar en círculos,
persiguiendo espejismos , de los que ya me sé
los trucos del atrezzo.

Detenerme a gozar de la tibieza
y la serenidad.

Volver a percibir
como se despereza sangre a dentro
la música durmiente,
esa que al corazón le tararea
la antigua melodía que hace rebroten
marchitas esperanzas.

Solo pido a la vida
un resquicio de luz...

El que unos ojos
me miren con calor...
Y que se vuelvan
los míos , por contagio, más alegres
e incluso compasivos.

Dejar de ver tan gris ,
tan alienante
el día que comienza.

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