lunes, 14 de diciembre de 2020

Condecoración


Siento una llaga urente y no consigo

exprimirle el dolor que la alimenta

ni que amaine el fervor con el que intenta

mañana, tarde y noche estar conmigo.


Con tal de soportarla, hasta me digo

que nunca hay mal que un bien no traiga a cuenta,

que su marchamo rojo me ornamenta,

igual que una amapola sobre el trigo.


Porque luce encendida sobre el pecho

su condecoración , que así proclama

en silencio el motivo mi vida.


Habré de acostumbrarme, pues sospecho

que tal es el destino del que ama.

Y el bendecir la gracia de esa herida .


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