martes, 15 de marzo de 2022

Nido


 

Ya no busco el amor, aunque quisiera

sentir su rebullir efervescente

al llegar cada nueva primavera.

despertando mi piel tímidamente.


Pero he amado y sé que su quimera

trastorna tus sentidos y te miente

con amabilidad tan traicionera

que te embauca y te hiere doblemente.


Yo no busco el amor, busco una mano

de carantoña tranquilizadora,

capaz de regalar calor humano.


Busco unos brazos donde abandonarme,

que sepan ser mi nido hasta esa hora

en que la muerte llegue a reclamarme.

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