domingo, 25 de diciembre de 2022

Sin excepción


Siento la escorrentía del tiempo entre los dedos

como el ardor furioso de una escocedura

en las profundidades del alma, que apresura

el latido en el pecho y despierta sus miedos.


Después de patearme tanta ruta insegura,

del error a la pérdida, a base de denuedos,

ahora, que ya casi soy dueña de mis credos,

es muy triste pensar que acaba la aventura


Con la voz sin tapujos que obsequia la experiencia,

a los gritos proclamo que me falta otra vida

-o dos- para que pueda considerar cumplida

alguna de las metas que animan mi existencia.


Pero por mí excepciones no hará la Providencia,

mejor es ir pensando alguna despedida...

 

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