domingo, 14 de enero de 2024

Añoranza del mar





Nada hay que extrañe en esta vida en ruinas.

Solo echo en falta el mar, esos rumores

preñados de secretos turbadores

que murmuran las voces submarinas.


Poder tumbarme en las arenas finas

de una playa desierta y, sin rubores,

permitir que con dedos seductores

me acaricien las olas bailarinas.


Y olvidar de una vez la omnipresente

sensación infinita de grisura

que me envuelve y asfixia mi presente.


Comprobar como sigue siendo el cielo

terso y azul y absorta en su hermosura

soñar que soy gaviota y alzo el vuelo.

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