Escucharéis un día que Jordana se ha muerto
y puede que os quedéis un rato pensativos
diciendo: se acabaron sus puntos suspensivos,
la música del aire dio fin a su concierto.
Después se hará el silencio, , si algo tengo cierto
es que la vida ofrece suficientes motivos
para olvidar y nunca suelen mostrar los vivos
un espectacular apego por lo yerto.
Yo seré solamente una sombra que aspira
a colarse en los sueños de algún loco alumbrado
que recita mis versos al tiempo que suspira.
Y un puñado de polvo que gravita en la tersa
indolencia del éter y lo deja preñado
de poemas nonatos que la brisa dispersa.
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