Tengo
un pájaro chico que tirita
dentro
del pecho, única criatura,
híbrido
de emoción, de pluma oscura
y
musicalidad, que al mimo invita.
Le
gusta preocuparme y a la chita
callando
se silencia, configura
mi seno
maternal en sepultura
y finge
que no siente ni palpita
Yo
nunca sé si esa travesura
es
verdad o mentira, porque imita
con
perfección lo yerto y su textura.
Pero
puedo jurar que todo albura
es la
luz cada vez que resucita
y
escancia sobre el aire su voz hecha ardedura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario