el
peso del temor , cuando la noche
con
todos sus espectros nos asalta.
El
miedo a mediodía,
con
Sol desviviéndose en disipar tinieblas
y en
sembrar la esperanza vanamente,
es el
que con más fuerza nos perturba
y
puede devastarnos.
Menos
mal que aún
puedo
cerrar los ojos y mirar
como se
precipitan las gaviotas
sobre
la mar en calma ,
como
lame
con su
lengua de espuma las arenas ,
mientras
que me regala los oídos
esparciendo
en el aire su eterna melodía.
Poco
importa que afuera sea invierno,
que la
luz sea avara,
que el
frío nos apremie...
El
corazón merece algún respiro
hay que
dejarle armar de vez en cuando
una evidencia afable a su medida.
Al fin
y al cabo es
esa
verdad de dentro lo que cuenta.
Ha
empezado a nevar,
en cada
copo
la
claridad arranca cien destellos
y
preludia el rigor.
Ahora
toca
imaginar
qué lujo supondría
ser
pájaro y tener
un nido
que aguardase por nosotros.
Un refugio apacible, tapizado
de tibieza risueña y blandas plumas.
De ternura y amor inmarcesibles
Un refugio apacible, tapizado
de tibieza risueña y blandas plumas.
De ternura y amor inmarcesibles
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