martes, 11 de abril de 2017

Cantando a deshora



Decid que son las notas
a mandarina amarga que flotan sobre al aire.

Decid que es porque imito
al verderón de siempre
que cada primavera le cuenta a mi ventana
sus amores sin dueño.

O que los días plácidos de un Mayo luminoso
me han ido envenenando lentamente la sangre
hasta hacerla sentirse como antaño
el bullidero de los aguijones.

Decid que habrá que atarme ,
que me he vuelto de pronto irreductible
carne de manicomio.

Decid lo que queráis,
que no vais a ofenderme si obráis con la prudencia
de silenciar aquello que se debe

Que no pueden callarse algunas cosas

Que si espío en jardines prohibidos
será que ando buscando la flor que tuve un día.

Que si me meto en charcos sin mis botas katiuskas
es que la sed me inunda

O que ando tras el brillo de una estrella
que cayó de unos ojos nazarenos.

Que si canto a deshora
boleros melancólicos

Que si suspiro y digo
amor
será por algo.

Que si ando prodigándome
en versos incendiarios que solo a mí me arrasan
será que alguien me hizo partícipe del fuego.


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