miércoles, 1 de noviembre de 2017

Agónico


Un cuchillo de luz
delgado e insinuante ,como el .filo
sutil de la sospecha.

A traición apuñala la oscuridad amable
que pudiera servirnos de sudario.

La noche, ese suspiro,
quebrando la imposible
tormenta de silencios .

Un gorgoteo terco, uno obstinato
perturbador, poblando sin piedad
de inquietud los rincones de la noche.

Vida y muerte pendulan
de la fragilidad,
ese minuto
-siempre parece el único, el postrero-
lento, mordiente, agónico...
feroz,
interminable.

Cuando ya todo es este
ardor sobre los ojos.
Este estupor alerta,
este entumecimiento aposentado
indiferente ,inerme...


Esta intensa indolencia,
este abandono,
del alma que se muere por morirse.

Ya solo te consterna
tener que soportar lo incoherente
que resulta tener que decidir
entre la compasión y lo sensato,
lo humano , lo sensible,
lo justo...

Y lo legítimo.

Oír el respirar que se entrecorta
afán del aire, breve,
y no poder ahogarlo.

Detrás de los cristales, a lo lejos
un débil resplandor rosado anuncia
que se acerca otro día.

Solo pides
que aunque a ti te aniquile vivir para contarlo
te traiga la ventura de ser por fin el último
que tengas que sufrir con tanta intensidad
y tan dentro
esa dosis extrema de impotencia.

Sentir en carne viva
como duele dolerse con  el dolor ajeno .








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