miércoles, 1 de noviembre de 2017

Claroscuros


Que cada cual se apegue a sus manías
es algo irremediable. No conviene
traicionarse a uno mismo y más si tiene
un cómputo tan largo de sus días.

Me prendo siempre del palomo cojo,
del gato tuerto, de la nena lerda,
de la caja de música sin cuerda,
de la llave que no encuentra cerrojo.

Y me repele igual el arquetipo
mítico e imposible ,que rehuyo
cualquier lugar común en el que intuyo
lo singular sujeto a estereotipo.

Es cómodo leer en el cartel
de la frente del otro la leyenda
que sin derecho a réplica ni enmienda
le grabaron a golpe de cincel.

Somos raza mestiza. Claroscuro.
Coctel de barro y luz, abismo y cima.
Infierno en el que el cielo se sublima
y pare al hombre en un estado puro.

Es mi vicio mirar en el reverso
de cualquier corazón. Ser defensor
de su miseria , vuelta en esplendor
en el chisporroteo de mi verso.

No juzgo ni aun a aquellos que no entiendo
ni quiero ser juzgada. De manera
que cada quien se arregle como quiera.
Ya bastante jodido es ir viviendo

Que casi nadie vive como quiere.
Por no elegir… ni elige como muere.



No hay comentarios:

Publicar un comentario