sábado, 2 de diciembre de 2017

Yo, que me río porque no me burlo


Yo también sé el secreto
de esos tenebrosos garabatos
que escupen luz y pillan “ in fraganti”
al alma recatada y sus vergüenzas
le obligan a mostrar al descubierto .

Tengo una vida roma que corteja lo oscuro
Y un lápiz sin punta con que escribo
sobre un cuaderno rojo
palabras retorcidas,
pertinentes
para adornar un libro que da vueltas y vueltas
hasta atrapar la esencia de la nada.

Yo también soy capaz de desnudarme
Go
ta
a
go
ta
del modo como aquellos más sabios me enseñaron.
Carente de pudor,
hasta que los tranvías que viajan hacia el frío se detengan
y Marzo sea un feroz rugido
de lilas estresadas.
Y Abril se ruborice.
Y Mayo se desmaye…

Y luego, aunque no ponga un dedo en cada úlcera,
ni aliente los equívocos,
ni lo llame poesía,
podría irme burlando de tantos corazones
como quedan , incautos,enredados
en tales sutilezas

Después, mucho sospecho,
no sabría qué hacer sus despojos.

Ni qué nombre ponerle a los retales
que queden de mi genio y mi figura.

Ni cómo amortizar el gesto absurdo,
la eterna mueca de payaso triste.

Es mejor ignorar,
embebecerse
en el ensueño ilógico de imaginar que existen
las páginas en blanco
de donde aún ningún gurú de lo probable
desterró la alegría.

Y reír cara al viento ,celebrando el presente ,
como ríen los locos y los niños.





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