Lo
sabías...
Desde
el primer instante lo sabías.
Ella
parte de mano con ventaja,
guarda
en su bocamanga el as traidor oculto,
regalo
de tus genes,
que
habrá de otorgarle la baza que decide
la
última batalla .
Suya ha
sido de siempre la victoria.
Tuyo
habrá sido el gusto
de
luchar sin rendirte, de casi disfrutarlo
y de
haberlo vivido.
Y el
placer inefable
de
poder permitirte, verso a verso,
el lujo
de contarlo.
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