Sé
que voy perdida...
Comparto
un camino sin rumbo ni estrellas
con
lo más florido de los extraviados,
aquellos
más lúcidos , que han aprendido
a irse tragando su duda y su miedo
y
a seguir su ruta, a pesar que saben
que
no hay una meta
ni
una vuelta atrás
Acaso
por eso
derramo
palabras
como
el peregrino que se va dejando
gotas
de su sangre
por
si llegan otros
y
en algo pudiera servirles su rastro.
Sé
que las palabras no llenan las mesas,
ni
quitan el hambre,
ni
aplacan la rabia,
ni
son un consuelo para el maltratado,
pero
a veces pueden ser esa caricia
que escancia sosiego en mitad de la noche
y son linimento
para
los cansancios.
Con palabra puedes
cantarle bien alto la verdad incómoda
al
mismo lucero del alba,
gritar
injusticias,
despertar
conciencias
y
quizás ,con suerte,
aunar
voluntades.
Yo
quiero creer
que
por un camino sembrado de versos
se
puede llegar
al
país de Oz
donde
son posibles
sin
dramas los cambios...
Que
jamás nos calle
la
desesperanza.
Sigamos
hablando palabras ardidas
por
más que sepamos
que
estamos clamando sobre los desiertos
Lo
mismo mañana
comienza
a llover.
Vertamos
palabras,fragüemos diluvios...
Que
el fragor del agua despabile a sordos
y a narcotizados.
Que todos se pongan
manos a la obra de achicar el piélago
de mares de fango, donde a diario medran
los aprovechados que beben por todos
que nunca se cansan
de tanto beber.
Al cielo lancemos
palabras ardientes,
hasta que del cielo
límpidas palabras y equidad diluvien...
Y en el largo y triste camino del hombre,
de una vez por todas,
y a narcotizados.
Que todos se pongan
manos a la obra de achicar el piélago
de mares de fango, donde a diario medran
los aprovechados que beben por todos
que nunca se cansan
de tanto beber.
Al cielo lancemos
palabras ardientes,
hasta que del cielo
límpidas palabras y equidad diluvien...
Y en el largo y triste camino del hombre,
de una vez por todas,
acabe la sed.
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