No hay
silencio que aguante los rumores
que son
como un zureo enfebrecido
de
palomas torcaces, que en sus nido
consuman
sus lunáticos amores.
Se nos
volvió la noche un estallido
de
susurros, de risas, de estertores...
por su
obra y gracia,todos los dolores
quedaron
relegados al olvido.
Jardín
de las Delicias recoleto
fue
aquel rincón del mundo afortunado
que
cómplice acogió nuestro secreto
¿Qué
importa si después, vida adelante,
hay un
nuevo silencio agazapado?
Eterno
será el eco dichoso de ese instante.
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