viernes, 13 de septiembre de 2019

Parchís


Verdes fueron las horas encantadas
de un espléndido Abril , que discurría
por la senda feraz de la alegría
bajo un cielo de nubes sonrosadas.

Amarillo el trigal, mar que mecía
 suavemente  amapolas coloradas,
danzando, locamente enamoradas
del azul estival del mediodía .

Ahora ya me sobran los colores,
en la estación marcada por la herrumbre
me basta con el gris de mis amores.

Me abrazo y me acomodo a su halo oscuro,
que hará que poco a poco me acostumbre
al negro que me espera en el futuro.








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