No sirvió caminar con pies de plomo
ni huir de tentaciones de heroísmo
tratando de buscar el perfil romo
de un sendero apegado al realismo.
Pues de repente, y sin saber ni cómo,
he llegado hasta aquí, al borde mismo
del instante vital en que me asomo
a las profundidades de mi abismo.
Ese en el que no hay escapatoria
regresar hacia atrás es imposible
y para echarme un vuelo, estoy tullida.
Un discreto the end pide mi historia
y entregarse a gozar, irrepetible,
mientras dure, el milagro de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario