La
cena se enfriaba sobre la mesa.
Y
eso que los espaguetis desprendían un olor apetitoso, pero es que
era superior a sus fuerzas, no había tenido más remedio que coger el
espray y buscar compulsivamente al intruso.
Desde
niño había sentido una intensa fobia hacia los insectos ,que
últimamente se había agudizado, pues ellos ,como sintiéndose
atraídos por aquella aversión ,habían decidido perseguirlo.
Ciempiés,
cucarachas, escarabajos, arañas…multitud de ellos apareciendo
continuamente en los lugares más insospechados estaban
convirtiendo su vida en un infierno.
Y
ahora aquel zumbido …¿Dónde se escondería la mosca que estaba a
punto de enloquecerlo? No lograba descubrirlo.
Pero
sabía cómo burlarse de ella.
Cogió
una copa,abrió el aparador y sacó una nueva botella.
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