Cada
palo está hecho a la medida
de la
vela y el viento, ya se sabe
que
dentro de una décima no cabe
hondura
en la intención, canta y olvida.
A los
tercetos solo los valida
encadenarse
para hallar su clave
y sin
embargo en la cadencia suave,
tan
nimia de un haykú oirás la vida
Pero un
soneto sirve para todo
puedes
formar un fiasco de narices,
hablando
del amor o del dinero.
Yo en
sus catorce versos acomodo
máscaras,
plumas , risas, cicatrices...
Lo que
me sé y me sueño por entero
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